El amor.
La coexistencia de sentimientos opuestos, las ambivalencias afectivas, los reveses del corazón. Los instintos, las hormonas, la pasión. La idealización, la desilusión. La razón y la emoción. Las heridas, la pérdida, las lágrimas y el rencor. La indiferencia, la obsesión. El egoísmo, el altruismo. El deseo, el desamor. El odio, el dolor.
Del frío al calor. De la soledad a la fusión. De las caricias al golpe. Del compromiso al abandono. De la magia al terror.
Indignada, ofendida, engañada pero aún enamorada, ella no paraba de llorar la traición. Él no la amaba, sólo sentía deseo. No renunciaba a nada por ella, sino que priorizaba siempre su ego. Ella insistía, tercamente, en estar con él. La obstinación puede prolongar situaciones agotadas que sólo perpetúan un inevitable malestar.


Nadie quiere sufrir por amor. Sin embargo, a veces es necesario flexibilizar aquella coraza impermeable que intenta reprimir emociones, como la angustia, pero aleja de conectar con lo más sensible del corazón. Porque si se bloquea una emoción, se bloquean todas. No tenemos dominio de mecanismos selectivos que aíslan "esto que no me gusta" y amplifican "esto que me encanta".
¿Qué es el amor?
Scott Peck, psiquiatra y escritor, lo define como la voluntad de extender la propia personalidad con el fin de impulsar o promover el desarrollo espiritual propio o ajeno. Es claro en el amor paterno-filial, pero en la pareja a veces se confunde amor con enamoramiento o pasión, que no son lo mismo que amor. Quizás el amor de pareja se inicia con el enamoramiento. El enamoramiento sano entre dos personas es "un intenso deseo recíproco entre dos personas", ambos sienten atracción sexual y personal. En esta etapa, hay un proceso bioquímico que incrementa la dopamina, genera euforia, se suele idealizar al otro, se lo percibe como "perfecto", entre otros síntomas. Estas sensaciones, que provoca la noradrenalina por ejemplo, cesarán. Después de 6 u 8 meses, quizás un año, el cuerpo volverá a su funcionamiento natural.
Amor no es deseo sexual, no es euforia. Daisaku Ikeda, presidente de la Asociación Budista Soka Gakkai Internacional, dice que el amor tiene que ser una fuerza que ayude a desarrollarse, a expandir la vida y a hacer surgir ese potencial innato que todos poseen, ese hermoso caudal de vitalidad, frescura y dinamismo.
Otros budistas dicen que el amor es dar energía. Entregar.
De todas maneras, sacarse la armadura de hojalata que intenta proteger al corazón del dolor es condición sine qua non para gozar del amor. Dar amor implica darse, abrirse, renunciar a los deseos propios por el placer de ver feliz a otro.
¿Qué es el amor?
Scott Peck, psiquiatra y escritor, lo define como la voluntad de extender la propia personalidad con el fin de impulsar o promover el desarrollo espiritual propio o ajeno. Es claro en el amor paterno-filial, pero en la pareja a veces se confunde amor con enamoramiento o pasión, que no son lo mismo que amor. Quizás el amor de pareja se inicia con el enamoramiento. El enamoramiento sano entre dos personas es "un intenso deseo recíproco entre dos personas", ambos sienten atracción sexual y personal. En esta etapa, hay un proceso bioquímico que incrementa la dopamina, genera euforia, se suele idealizar al otro, se lo percibe como "perfecto", entre otros síntomas. Estas sensaciones, que provoca la noradrenalina por ejemplo, cesarán. Después de 6 u 8 meses, quizás un año, el cuerpo volverá a su funcionamiento natural.
Amor no es deseo sexual, no es euforia. Daisaku Ikeda, presidente de la Asociación Budista Soka Gakkai Internacional, dice que el amor tiene que ser una fuerza que ayude a desarrollarse, a expandir la vida y a hacer surgir ese potencial innato que todos poseen, ese hermoso caudal de vitalidad, frescura y dinamismo.
Otros budistas dicen que el amor es dar energía. Entregar.
De todas maneras, sacarse la armadura de hojalata que intenta proteger al corazón del dolor es condición sine qua non para gozar del amor. Dar amor implica darse, abrirse, renunciar a los deseos propios por el placer de ver feliz a otro.
Sentir amor, aunque sea por un instante, aunque implique dolor, es la misión más alta que podemos cumplir en la vida. Dicen que lo importante no es cómo se muere sino lo que se está haciendo en ese momento. Yo quiero morir amando.