Depresión.


Según algunas fuentes, la etimología de la palabra Depresión viene del latín depressio: hundimiento. Otras fuentes sugieren que su origen se haya en la palabra latina depressu: abatido, derribado. Otros diccionarios indican que deriva del latín deprimo, referido a acciones como rebajar, humillar, arruinar, hundir, debilitar, hacer bajar, deprimir, cavar, etc. El término “Depresión” se utiliza en diferentes campos (economía y geografía, por ejemplo) para indicar un descenso o tendencia a la baja. Si se atiende a las múltiples significaciones asociadas al origen etimológico de la palabra, se advertirá que todas ellas se relacionan claramente con síntomas, signos, hechos, sentimientos y consecuencias relacionadas con el trastorno psicopatológico de la Depresión.

Williams (2006) define la Depresión como un “estado mental grave y prolongado en el que la tristeza normal llega a ser un doloroso estado de desamparo, apatía, falta de motivación y cansancio”. El autor aclara que si bien se trate de definir de manera precisa este trastorno, se expresa de diferentes modos, se manifiesta y vivencia de maneras diversas según cada sujeto, pudiendo variar de un estado leve a uno soberanamente grave.

La primera noble verdad que enseñó Buda es que el sufrimiento es inherente a la vida. “Sufrir desgracias es propio de la condición humana". Entonces, ¿cuáles son las características que diferencian sufrimiento de Depresión? ¿Qué diferencia la tristeza normal que provoca la vida cotidiana de la tristeza particular que afecta a un paciente con trastorno depresivo? Uno de los primeros pasos para realizar esta diferenciación es el factor “tiempo de duración”. En el paciente con Depresión podremos identificar una tristeza de mayor permanencia y mayor intensidad de quien simplemente está acongojado circunstancialmente. Es decir que se experimenta un sufrimiento injustificado que se prolonga en demasía, en tiempo e intensidad.

La tristeza del paciente con depresión puede afectar todas sus conductas, relaciones interpersonales y actividades diarias. El sujeto deprimido siente un desinterés por el mundo externo. Cognitivamente se ve disminuida la atención hacia el exterior y aumentada la misma hacia su interior: la persona se repliega en sí misma para atormentarse con pensamientos rumiativos de auto-reproches.

El pensamiento de un paciente con Depresión suele estar enlentecido (bradipsiquia) y el contenido del mismo suele ser negativo: de ruina, de desidealización, de culpa o de desvalorización, entre otros. La autoestima suele disminuir y consecuentemente surgen sentimientos de autodepreciación y una fuerte inhibición motivacional.

Físicamente, deben sobrellevar una gran pérdida de la energía vital. Pueden presentar inhibición locomotriz o astenia: por las mañanas les cuesta levantarse de la cama, sintiendo que tienen el cuerpo pesado y les falta la suficiente fuerza para poder pararse y comenzar el día.

Puede sentir fatiga y disminución de su deseo sexual, puede tener síntomas somáticos como molestias corporales difusas, dolores de cabeza, molestias en el sistema digestivo, constipación o dolores de espalda. En su vida laboral se suelen volver cotidianas las ausencias, así como el abandono de estudios o el alejamiento de actividades sociales. Éstas conductas acarrean un detrimento de las relaciones laborales, familiares y/o amistosas, llevando al sujeto al aislamiento, él cual tiende a aumentar las tendencias suicidas.

La Depresión presenta síntomas en la afectividad, acarrea problemas de sueño, síntomas interpersonales, físicos y cognitivos. Estos datos permiten afirmar que en este trastorno se manifiesta un deterioro que afecta todas las áreas de la vida del sujeto.

El sentirse valioso es fundamental para la salud mental de cualquier ser humano. En los pacientes deprimidos podremos encontrar creencias profundamente instaladas que dicen que ellos valen poco o nada. En el nivel de Depresión más leve podremos observar disminución de la autoestima, degradación de las cualidades de la propia personalidad, resaltando los aspectos negativos de uno mismo o de otros, acompañándose de sentimientos de enojo, en un estado de mucha irritabilidad constante y una permanente necesidad de que un otro le infunda tranquilidad (ya que a la persona le resulta “imposible”).

A medida que nos vamos acercando a niveles más graves del trastorno, los sentimientos de tristeza se vuelven extremos en un ser cuyo estado mental se encuentra profundamente doloso, cuyas actividades mentales se ven deterioradas (como la concentración, la memoria) y cuyas funciones corporales básicas no responden normalmente, soliendo sufrir múltiples síntomas físicos como el insomnio o la hipersomnia, desinterés por las actividades que solían ser agradables, cansancio o pesadez física e inapetencia o hiperfagia.

A más gravedad del cuadro, aumenta en el sujeto deprimido la sensación de desamparo, de culpabilidad y de baja autoestima. El estado de desamparo y desesperanza suele ir llevando al paciente a sentir que la vida no vale la pena, que es demasiado dura y difícil y que sería más fácil no estar vivo. En este punto pueden surgir ideas o pensamientos de muerte, hasta llegar a la concreción de los suicidios.

Aunque cada tratamiento es singular, según mi formación y mi manera de trabajar, describo a continuación alguna información sobre el tratamiento psicoterapéutico para la Depresión.

A lo largo del tratamiento, el terapeuta ayudará al paciente a reconocer los patrones cognitivos disfuncionales. Una vez identificados, el fin es que aprendan a alcanzar otros modos de pensar o que intenten modificar estos patrones rígidos. Así se los alienta a que se den cuenta cómo éstos modos de pensar influyen en su ánimo. El terapeuta intervendrá con el fin de que el paciente logre comprender que el afecto negativo que presenta condiciona su forma de percibir, evaluar y seleccionar la información del entorno, que también influye en los recuerdos negativos exacerbados que tiene y en la disminución en la memoria de momentos de felicidad y plenitud. También se le enseña que la inactividad conductual agrava el proceso depresivo, ya que refuerza sus creencias de incapacidad y sus sensaciones de anergia.

Otro signo observable claro de este trastorno es la desvinculación de la persona con actividades que le solían dar placer o satisfacción. En la psicoterapia se intentará abarcar este fenómeno conductual incentivando y aconsejando al paciente a probar y tantear volver a ciertas actividades con el fin de lograr una activación comportamental, para que paulatinamente vuelva a realizar las actividades que solía hacer habitualmente en su vida. Esto no es tarea fácil, pero es una intervención primordial y necesaria.

Una herramienta eficaz es el entrenamiento en Atención Plena, que ayuda a los pacientes a desembarazarse de ciertos procesos cognitivos y aumenta la capacidad metacognitiva de descentramiento, es decir, la capacidad de tomar perspectiva. Esto permite a los pacientes usar esta técnica cuando sus pensamientos y sentimientos están fuera de control o cuando se activan estilos cognitivos desadaptativos como la rumiación o la preocupación; y tomar perspectiva del momento actual.

El fin es entrenar la capacidad de prestar atención de carácter reflexivo y no valorativo, tomar conciencia sin emitir juicio, sino presenciando y percibiendo el presente sin evaluar ni criticar. Atención de carácter reflexivo significa atención contemplativa: observar y vivenciar el aquí y ahora tal como se presenta, sin intentos de modificar lo que se percibe, sino aceptando lo que hay en el momento presente.

Este trabajo terapéutico, al trabajar sobre las cogniciones y emociones de los pacientes con Depresión, puede lograr que la mente aprenda a procesar de un modo distinto, gracias a aquella plasticidad cerebral que Krishnamurti sugería un lustro atrás y que hoy está tan comprobada mundial y científicamente. Si esto es así, podemos concluir que la psicoterapia puede lograr cambios tales como que los sujetos atiendan a sus experiencias y descubran nuevos estilos de afrontamiento funcionales, cuenten con un abanico de herramientas para enfrentar situaciones difíciles, alcancen una visión más amplia de la realidad y de sí mismos, donde el conocimiento interno es claro y genuino.

Describo una Psicoterapia que busca y efectivamente puede alcanzar eliminar el sufrimiento injustificado que acarrea una Depresión, enseñando a los pacientes que la han padecido a entrenar sus mentes para poder manejar las dificultades que la vida les sortee y salir airosos de las mismas sin volver a padecer un trastorno depresivo reiteradamente.

La psicoterapia busca que los pacientes comprendan su pasado, pero atiendan y vivan el presente, para poder llevar una forma de vivir más resplandeciente, desarrollando al máximo las cualidades y potencialidades propias y aceptando sus desperfectos.

No es que nunca más se va a sufrir, el ser humano es vulnerable, por ende es beneficioso entrenarse para facilitar la aparición de patrones funcionales óptimos que permitan enfrentarse a los problemas que vendrán, sin caer en un pozo depresivo. Para desarrollar fortalezas es necesario comprender y aceptar la propia vulnerabilidad. Además, las personas deben aprender que tanto el placer como el dolor son experiencias genuinamente humanas que habremos de experimentar toda la vida. Lo importante reside en cómo transitar y procesar éstas experiencias dolorosas sin dejarse arrastrar por el dolor hacia un sufrimiento incapacitante y crónico.

Por último,  un entrenamiento que se utiliza en terapia con el fin de enseñar a aumentar la capacidad de conectarse con el momento actual y aquietar la mente es Mindfulness. Dentro del marco de la terapia o fuera de ella, es aconsejable practicar esta técnica que contribuye a apreciar cada momento y atender a las maravillas del presente y así cultivar una buena salud física y mental, a las personas con o sin trastornos psicopatológicos.

Los problemas y el sufrimiento existen, así como también la capacidad del ser humano para enfrentarlos y poder apreciar y disfrutar la belleza de la vida.

Lic. Melissa González Palao.

Comentarios

Contactános

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Entradas más populares de este blog

El amor.

Práctica Mindfulness con un alimento: Comer con Atención Plena.

Reminiscencias.